lunes, 9 de marzo de 2009

IV SESIÓN DE TALLER, 27 DE FEBRERO: EL LENGUAJE

Es evidente que el lenguaje es la plastilina imprescindible para construir un cuento. Doy por hecho que todos dominamos el lenguaje estándar con el que solemos comunicamos. Pero, sin embargo, escribir es algo más que comunicarse. De hecho, en todo enunciado literario siempre podríamos decir que hay dos funciones del lenguaje que debemos cuidar y separar: la meramente informativa y la expresiva. Habrá ocasiones donde prime la primera y otras muchas donde la segunda será realmente la que sobresalga y, hasta incluso, y de hecho así ocurre en las mayoría de las veces, las dos aparezcan y se complemente. Con la función expresiva es con la que consigo llenar de matices mis escritos, desarrollar un estilo propio, emocionar al lector y que empatice con mi personaje, y con la segunda es con la que consigo transmitir al lector la información necesaria para que la acción avance.
A menudo me gusta recordar que todos tenemos una imaginación que debemos cuidar para ponerla al servicio de nuestra escritura. Esto a veces asusta a la gente porque hay quien cree que no tiene una gran imaginación, incluso hay quien dice de sí mismo que no tiene imaginación ninguna. Esto es un error. La imaginación es propia del ser humano, como la risa, o la capacidad de razonar. Oí una vez a Mateo Díez hablar de que los elementos imprescindibles de la imaginación no son otros que la experiencia, la observación y la memoria que nos permita recrear esta experiencia que, no sólo, será de aquellas cosas vividas, sino también de las leídas, oídas, etc. Sin memoria no hay imaginación; y sin la observación y la experiencia nuestra memoria no se enriquece. Por otro lado, recuerda que la forma tangible de traer esa memoria al mundo de la literatura es a través del lenguaje. Aquí tenemos que tener en cuenta que cuando hablamos o escribimos, en realidad, no "describimos" el mundo de una manera totalmente objetiva, sino que lo "recreamos", es decir, le pasamos una especie de filtro que nos permite extraer de esa experiencia lo más importante y desechar lo inútil; así exageramos, adornamos, deformamos, omitimos, etc. aquellos detalles de nuestra vida que nos resultan más significativos. Nunca somos estrictamente "objetivos"; cuando hablamos, invariablemente, ya estamos mintiendo, una tarea que es bastante del agrado de un escritor.
Bien, por otro lado, hay que recordar que muchas palabras tienen dos significados: uno llamado significado connotativo que podríamos decir que es el significado objetivo, estándar de esa palabra, p.e. perro, animal mamífero... etc. Pero comparad esa misma palabras en expresiones como "vida de perro", "sentirse solo como un perro", etc. o comparad también perro frente a su femenino perra que sí que tiene unos matices diferentes. Estos matices tienen que ver con ese otro significado que poseen muchas palabras y que se suele llamar significado connotativo. Así, hay palabras que tienen connotaciones positivas, negativas, despectivas, cómicas, etc. Cuando escribamos el efecto o la expresividad que consigamos en un escrito dependerá del manejo y combinación que hagamos de estos dos significados de las palabras.
Es general, otra recomendación sobre el lenguaje en los cuentos, dado que en ellos la extensión es fundamental, es intentar ser lo más preciso posible, no caer en el adorno fácil o innecesario. Recordad aquella famosa frase "el adjetivo, cuando no ayuda, mata".

Por ultimo, ten en cuenta, si estás pensando que el lenguaje literario tiene que ser necesariamente bello, que no siempre es así. El lenguaje literario tiene que ser informativo y expresivo a la vez, pero, además, hay dos tipos de belleza: la belleza apolínea, equilibrada, proporcionada, que produce un placer estético; y la belleza dionisíaca, cuya finalidad es la de conmover, produciendo, incluso a veces, una repulsión; hay en lo feo, en lo grotesco, en lo desagradable una estética, una belleza que también tenemos que saber manejar.
El 1er. ejercicio para la sesión próxima consiste en convertir frases simplemente informativas en frases expresivas donde el lector pueda sentir más empatía con el personaje o, donde las distintas connotaciones de las palabras aporten un matiz diferente al significado general.
Ejemplo: Frase informativa: El suelo está cubierto de hojas. Frase expresiva Los hojas muertas cubrían el suelo. Fíjate que muerto introduce un matiz a la frase que podríamos describir como más triste, más nostálgico, por lo que la enriquece.
Los conceptos que tú tienes que convertir en más expresivos son:

Camiseta con manchas/amanecer/atasco de coches/ dolor de cabeza/boca seca/ amor infiel.
2º Ejercicio. Invéntate una situación donde el uso de estos sinónimos sea correcto.

P.e. Níveo, blanco, albo. No dirías "me compré un coche níveo" a no ser que quieras quedar como un pedante. Sí dices "me compré un coche blanco".

Los sinónimos que debes manejar son:

a) Níveo, blanco, albo.

b) Tragar, ingerir, comer.
c) Piel, epidermis, pellejo, cutis.
3er. ejercicio: Inventar palabras que no existan y definirlas.

P.e. lacrinómetro: Aparato que mide la cantidad de lágrimas vertidas en un llanto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario