lunes, 17 de agosto de 2009

BURKA

UN BURKA SIMBÓLICO.
En pleno verano y, como consecuencia de la lectura de un libro sobre la falta de libertades en determinados países, me han venido a la mente una serie de reflexiones sobre la libertad.
En nuestra vida estamos amenazados continuamente por esos burkas simbólicos que tratan de arrebatarnos ese bien tan preciado como es la libertad. Entre esos “fantasmas” que nos pueden arrebatar la libertad están los gobiernos inhumanos y las dictaduras atroces. En los regímenes totalitarios, grandes tragedias de la humanidad, se camuflan la inteligencia y el razonamiento con instintos de bajo nivel.
¿Qué es la libertad? ¿Cómo conseguimos la libertad?
La libertad es un derecho inalienable de los seres humanos que implica conocimiento y responsabilidad. A través del esfuerzo vamos progresando en la consecución de la libertad porque es un bien que debemos seguir conquistando continuamente.
Por fortuna que vivimos en un país libre y democrático; pero nuestra libertad puede estar amenazada ya que la acechan continuamente muchos peligros.
¿Cómo debemos luchar contra esos peligros?
Un arma muy valiosa es la educación. A través de la educación podemos formar ciudadanos conscientes de su libertad y de su responsabilidad que, en posesión de unos determinados valores van a “luchar con uñas y dientes” para conservar esa libertad que a nuestros mayores tanto les ha costado conseguir. Además, la educación es la clave del progreso y es la que enseña a razonar, a reflexionar y a aceptar el diferente y a no dejarse llevar por el puro instinto. Debemos pensar que en la educación tienen un papel muy importante las emociones y que existe una relación entre inteligencia y emoción. Tener un conocimiento de lo que se siente y porqué se siente permite manejar las emociones y tomar decisiones personales con acierto. Por eso la educación emocional es una forma de prevención.
¿Cuáles valores?
Entre esos valores considero que son imprescindibles la justicia y la paz. Se puede crear una cultura de paz y de justicia social si se forman ciudadanos que ejerciten esos valores en su vida.
Pienso que, además de la familia, la escuela debe contribuir a formar personas que amen la paz y la justicia y que luchen por su conservación. Paulo Freire, en su libro : “Pedagogia de la indignación” dice que “...la mejor manera de hablar a favor de la paz es hacer justicia”.
Otro valor importante es el valor de la solidaridad. Martin Luther King Jr dice :
“Un individuo no ha empezado a vivir hasta que pueda elevarse sobre los estrechos confines de las preocupaciones individualistas hasta los amplios confines de las preocupaciones de toda la humanidad”.
¿Cómo ejercer la libertad?
A través de nuestro derecho de analizar, protestar contra las injusticias, corregir y denunciar cuando haga falta, así como el preguntar y preguntarse sobre el por qué suceden ciertas cosas y de qué manera podemos ayudar a resolverlas. Por eso una de las maneras de ayudar a construir un mundo mejor es siendo solidarios.

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