miércoles, 4 de febrero de 2009

JUGAR A ESE JUEGO DE SER ESCRITOR

Hacer reír, tal vez llorar; soñar.
Volver a los juegos de infancia, recordar. Envejecer junto a una ventana contando miles de estrellas; pensar que estás junto a ella, en el tiempo que era tu amada.
Vivir en tiempos futuros que no llegarán, pensar que no hay distancia en el espacio que os pueda separar.
Amar a varias mujeres sin engañar a ninguna; ser un hombre o una mujer a tu voluntad.
Sufrir o gozar, estar sola y soñar con paraísos poblados de valquirias y amazonas. Enamorarte de un gato, poner nombre a un colibrí, explorar el Serenguetti, pintar de rosa la aurora. Viajar al centro de su alma, poner una sonrisa en sus ojos y en su cara, serle alguna vez infiel y, aún así, poder vivir para siempre enamorada.
Fabricar otras vidas. Jugar a ser un poco dios, creando mil universos para vivir, a solas, los dos.
Poder ser feliz cuando estás en medio de la nada... eso, es escribir.
Y dos viernes al mes, en Chinchón, yo juego a este juego de ser escritor.